En 2017, Meredith Stannard, de 66 años, estaba a punto de retirarse. Mientras muchos de su edad optarían por vender sus casas y mudarse a una comunidad de jubilación, ella y su pareja tenían un plan diferente: querían reducir su espacio y lo lograron de la mejor manera posible, viviendo en un ‘granny pod’ en el patio trasero de su hija.
Su hija, Drew, residía con su esposo en Seattle, y tenían un patio lo suficientemente espacioso como para albergar una pequeña casa.
“Todos estaban intrigados”, comentó Meredith sobre sus antiguos compañeros de trabajo. “Comencé a organizar estos happy hours donde invitaba a una o dos personas a la vez. Había mucha expectación entre las personas, preguntándose si podrían hacerlo también”.
Drew compartió la idea con sus amigos, y la configuración generó reacciones mixtas.
“Cuando les conté a mis amigos, su reacción fue o bien, ‘Eso es maravilloso, desearía poder hacerlo con mi familia’, o ‘Dios mío, estás loca, nunca podría hacer eso con mis padres’”, mencionó. “Sabes si funcionaría o no para ti y tu familia”.
La familia consideró la idea de construir un ‘granny pod’ alrededor de 2014, cuando Drew y Jacob estaban comprando una casa.
Finalmente encontraron una propiedad con un patio lo suficientemente grande como para acomodar una pequeña casa.La configuración no fue un problema para Meredith y su hija. Drew era hija única, y ella afirmó que eran “muy cercanas” y “muy directas” entre ellas.
Pero, por supuesto, Meredith y su pareja se aseguraron de que Jacob estuviera completamente de acuerdo con la idea antes de tomar cualquier medida. Una vez confirmaron su aprobación, llamaron a un arquitecto y comenzaron la etapa de planificación.
Desde entonces, la jubilada se trasladó a la pequeña casa de 613 pies cuadrados en el patio trasero de su hija. Sin duda, fue la forma perfecta de reducir su espacio.
La familia colaboró con varios contratistas para hacer realidad sus sueños de ‘granny pod’. También amueblaron la pequeña casa con artículos de tiendas especializadas en mobiliario para espacios más reducidos. El resultado final fue sorprendente.
Meredith y su pareja también buscaron la ayuda de Bruce Parker, propietario de Microhouse, una empresa con experiencia en el diseño de casas pequeñas y cabañas personalizadas para el patio trasero.
Con la ayuda de Bruce y su equipo, lograron construir una casa pequeña de dos pisos diseñada para complementar la casa de Drew y Jacob.
A pesar de su apariencia diminuta, el ‘pod’ tiene todas las partes esenciales de una casa: un dormitorio, dos baños, una sala de estar y una cocina completamente equipada. El interior presenta un aspecto limpio y minimalista.
Vivir en una casa de 1,300 pies cuadrados y cambiar a una pequeña en el patio trasero requirió que Meredith y su pareja hicieran grandes ajustes. No fue fácil, pero resultó que reducir su espacio fue una de las mejores decisiones que tomaron.
La pareja está feliz de vivir cerca de su familia, especialmente porque Drew está a punto de convertirse en madre por primera vez. Será genial que su hijo tenga a sus abuelos al alcance de la mano.
La tendencia de los ‘granny pods’ ha ganado popularidad entre los Baby Boomers en los últimos años, a medida que los costos de las casas en las ciudades metropolitanas continúan aumentando. No sería sorprendente si se convirtiera en la vivienda estándar para jubilados en los próximos años.