Haley Joel Osment, recordado por todos por su papel como el niño que veía fantasmas en “El sexto sentido” (1999), recientemente compartió en una entrevista su particular camino tras la fama infantil.
Osment, con 36 años en la actualidad, buscó diferenciarse del personaje que lo lanzó al estrellato. Tras cumplir la mayoría de edad en 2006, tomó un rumbo distinto. Optó por proyectos independientes y se mudó a Nueva York para sumergirse en el teatro experimental. Rememorando su recorrido, reconoce que escogió trabajos que pasaron desapercibidos para el gran público, una decisión clave para descubrir sus verdaderas aspiraciones artísticas.
Durante su etapa neoyorquina, Osment experimentó con su imagen. Se dejó crecer una tupida barba oscura para camuflarse entre la gente. No obstante, admite con humor que sus esfuerzos por pasar inadvertido fueron en vano.
Osment desafía la narrativa del fracaso tras la fama infantil. Enfatiza que muchos actores que brillaron de niños llevan vidas plenas alejadas del foco mediático. Cree que las experiencias positivas de los actores infantiles son más comunes de lo que se piensa, y que muchos logran transitar hacia carreras exitosas más allá de la actuación.
Comparándolo con su hermana menor, Emily Osment, quien saltó a la fama como adolescente en “Hannah Montana” de Disney Channel, Osment resalta los desafíos específicos que enfrentan los jóvenes actores bajo el ojo público. Reconoce la naturaleza intrusiva de la fama y el impacto de las redes sociales en la privacidad, especialmente para aquellos que atraviesan la adolescencia bajo constante escrutinio.
Mientras Osment se inclina hacia el trabajo tras bambalinas, conserva un grato recuerdo de su etapa como actor infantil. A pesar de los retos inevitables, se considera afortunado por haber construido una relación positiva con su pasado, viéndolo como la base sobre la que sigue construyendo su carrera.