En 2017, Janet Jackson se casó con un multimillonario catarí y dio la bienvenida a un hijo a los 50 años.
Sin embargo, el matrimonio de la pareja se deterioró debido a diferencias culturales.
El esposo de Janet impuso reglas restrictivas, como exigirle cubrirse la cabeza, lo que causó tensiones.
Durante el bautizo del bebé, la introducción de un cordero por parte del padre del niño, una desviación de las creencias vegetarianas de la familia de Janet, causó incomodidad y llevó a algunos familiares a irse.
Janet mantiene la privacidad sobre su hijo de piel clara, con pocas imágenes recientes de él disponibles en línea.
Los comentarios sobre las raras fotos a menudo destacan el parecido del niño con su padre y expresan deseos de felicidad para él.
La situación sirve como una advertencia sobre los desafíos de navegar en relaciones con diferentes antecedentes religiosos y culturales.
