Las imágenes publicadas ha causado una intensa polémica en internet, donde las opiniones se dividieron
En redes sociales se ha viralizado un video donde se muestra que en los zoológicos de China venden animales vivos a los visitantes para que se los arrojen a los tigres, como una forma de alimentarlos, pero también de observar un espectáculo con el sufrimiento de otro ser vivo.
Las imágenes publicadas en la red social X muestran cómo una persona lanza una gallina viva hacia la zona donde se encuentran los tigres. Está cae en un pequeño estanque y cuestión de segundos, uno de los felinos se dirige al ave para devorarlo, mientras los visitantes disfrutan la escena.
El video con más de 63 mil reproducciones ha desatado una intensa polémica en internet, donde las opiniones se dividieron entre quienes condenaron la práctica como una crueldad inadmisible.
Por ejemplo, el usuario @Dutch1367895588 opinó: “Con tanto chino, deberían tirarse ellos” o la cuenta @Tigre_8181 comentó: “Los leones lo agradecen, presas vivas, no comida congelada y menos croquetas”.
Hay quienes lo toman con humor, por ejemplo, el usuario con la cuenta @RinconCamper escribió: “Podríamos copiar la idea y que vendan políticos”.
Incluso hay quienes comparar esta práctica con otras formas que utiliza la humanidad para matar a un animal para su consumo.
Crueldad animal en China
La crueldad animal en China es una realidad por su interminable lista de imágenes de maltrato a estos seres vivos, en ellas podemos perros hacinados en jaulas camino del matadero, osos torturados para sacarles la bilis, tigres extremadamente delgados a la espera de una muerte en un país donde convertirán sus huesos en medicina tradicional.
De acuerdo con foro de especialistas sobre derecho animal, desde la reforma económica de 1978, China ha adoptado un objetivo como estado desarrollado creando políticas que incluyen la introducción de tecnologías masivas del mundo occidental y el fomento y desarrollo de industrias de cría intensiva. Este modelo de desarrollo económico moderno se centra en los beneficios económicos, pero no en la justicia social, por lo que cientos de miles de millones de animales sufren enormemente en China.