En la zona norte de la Ciudad de México en tiempos recientes, ha sufrido no solo una constante marginación, sino también la destrucción de sus ecosistemas naturales y zonas silvestres. Uno de los sitios más afectados es la demarcación Gustavo A. Madero. Sin embargo, desde hace un par de años y gracias al rescate de un pequeño lago, ha nacido el humedal de Cuautepec. Actualmente ya tiene un avance considerable y parece prometer contribuir a mejorar las condiciones de vida de aquellos rumbos.
Entre las estribaciones de la Sierra de Guadalupe y el cerro del Chiquihuite, se encuentra Cuautepec que es actualmente un barrio de la alcaldía Gustavo A. Madero, en la Ciudad de México. Pero, la zona ha tenido presencia humana desde hace miles de años, gracias a su ubicación próxima a lo que era la cuenca lacustre del Valle de México.
Entre los siglo XV y XVI, Cuautepec era una localidad que tributaba al señorío de Azcapotzalco, y posteriormente a México-Tenochtitlan y a la Triple Alianza. Su nombre viene los vocablos en lengua nahua cuautli (águila) y tepetl (cerro), es decir, «Cerro de Águilas» o «Cerro donde hay águilas».
Durante siglo XIX, Cuautepec formaba parte del municipio de Tlalnepantla, en el Estado de México. Sin embargo, durante el régimen de Porfirio Díaz, se extendieron los territorios que conformaban el Distrito Federal, siendo dicha localidad anexada a la capital del país.
Ante el crecimiento de la mancha urbana de la Ciudad de México, en Cuautepec se avecindaron muchas personas en distintos predios irregulares. Todas llegaban de otros estados del país, buscando un lugar donde vivir. De esta situación derivaron muchos problemas, entre ellos, una intensa deforestación de la zona que comprende la Sierra de Guadalupe y el cerro Chiquihuite, así como constantes inundaciones por la saturación con basura de los cuerpos fluviales.
Con la idea de regular esta situación, en el año 2022 el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex), lanzó una convocatoria para la licitación del saneamiento de la Laguna de Cuautepec, en la que se vertían aguas negras. El proyecto consistió en la construcción de infraestructura para tratar el agua proveniente del río Maximalaco (en el que se construyó un cajón hidráulico, en 2017) y así evitar su desbordamiento como el de la laguna.
También, se propuso el diseño y la construcción de un sistema de tratamiento primario de agua residual que fluía en el mencionado río, mediante un pabellón hidro botánico (de plantas acuáticas). Esta «planta» de tratamiento de aguas residuales se planeó para reducir la cantidad de carbono en el flujo de la corriente que llevará el agua hacia un humedal.
Luego de dos años de arduo trabajo, el humedal está listo en un 70%, de acuerdo a los especialistas que están en el proyecto. También han contribuido a su crecimiento las lluvias que recientemente han caído sobre la Ciudad de México.
Cabe señalar que el Sacmex modificó el proyecto a lo largo de este par de años para garantizar la operación del vaso regulador. Esto ha ayudado a evitar inundaciones en Cuautepec, y también ha brindado el necesario oxígeno al humedal. Las primeras lluvias del año hicieron que la laguna tomara forma. Incluso diversas aves ya viven en este nuevo oasis; en el mes de enero también empezaron a arribar las primeras especies migratorias.
Es importante subrayar que la recuperación de este cuerpo de agua, y el restablecimiento del pequeño ecosistema que lo conforma, el humedal de Cuautepec ya se perfila como un nuevo pulmón de la capital del país, así como un atractivo turístico. Y es que desde la Línea 1 del Cablebús ya se puede divisar al humedal, por lo que se tiene planeado instalar un mirador que permita contemplar toda su belleza.
Con información de México desconocido