Ciudad de México
La famosa asegura que la gente ha logrado lo que quería: “mancharla”.
La actriz española Karla Sofía Gascón, quien recientemente ha ganado notoriedad por su papel en Emilia Pérez, se encuentra en el ojo del huracán luego de que resurgieran en redes sociales publicaciones antiguas en las que criticaba la premiación de los Óscar.
Usuarios han señalado que sus mensajes tenían un tono discriminatorio y cuestionaban la inclusión y diversidad en la industria cinematográfica.
Los mensajes, publicados en 2018, muestran a Gascón cuestionando si los premios Óscar se enfocaban más en cumplir cuotas de representación que en reconocer la calidad cinematográfica:
“Hace ya tiempo que no sé si en los #Oscars se premia a los colectivos o a la cinematografía. Si se premia al color, al sexo y la ideología o a los técnicos y artistas sin fronteras. Pareciera que hay que cumplir un cupo étnico, algo que es evidente ya en las mismas obras”, escribió en uno de los tuits recuperados.
En otro mensaje, se expresó de manera aún más polémica sobre la ceremonia:
“Cada vez más los #Oscars se parecen a una entrega de premios de cine independiente y reivindicativo, no sabía si estaba viendo un festival afrokoreano, una manifestación BlackLivesMatter o el 8M. Aparte, una gala fea. Les faltó darle un premio al corto de mi primo que es c…jo”.
Luego de que estos tuits se viralizaran y recibiera una ola de críticas, Karla Sofía Gascón publicó un comunicado en su cuenta de Instagram ofreciendo disculpas y defendiendo su evolución personal.
La actriz señaló que sus palabras fueron sacadas de contexto y que su intención nunca ha sido promover discursos de odio.
“Tengo muchas cosas que aprender en este mundo, las formas son mi defecto principal. La vida me ha enseñado algo que nunca quise aprender: me queda claro que por mucho que tu mensaje sea uno, sin utilizar las palabras correctas, se convierte en otro”, expresó.
Asimismo, aseguró que ha cambiado con el tiempo y que se ha aferrado al budismo de Nichirenpara mejorar como persona:
“Me aferré al budismo de Nichiren para cambiar mi vida y la de los que me rodean a mejor. No puedo reparar mis actos del pasado, solo puedo decir que hoy no soy la misma persona que hace 10 o 20 años”, explicó.
En su mensaje, también manifestó sentirse víctima de una campaña de desprestigio para arruinar su momento profesional y destacó que siempre ha luchado por la justicia social:
“Reconozco, entre lágrimas, que ellos ya ganaron. Han conseguido su objetivo: manchar, con mentiras o cosas sacadas de contexto, mi existencia. Cualquiera que me conozca sabe que no soy racista”.