Ollie Trezis, un pequeño bebé, llegó al mundo con una característica bastante rara: la encefalocele.
A medida que Ollie crecía, su nariz se agrandaba, lo cual se volvía problemático porque cualquier pequeña lesión podría haber provocado meningitis. Los médicos instaron a los padres a aceptar un procedimiento médico.
Durante los primeros 9 meses, Ollie vivió sin intervención quirúrgica, pero cuando su nariz se hizo aún más prominente, los padres finalmente dieron el visto bueno para corregir el defecto.
La operación fue un éxito, y el niño finalmente pudo respirar bien, ya que antes esto le resultaba problemático.
La madre del niño decidió compartir con el mundo estos casos médicos y publicó una fotografía de su hijo en Internet.
Muchos expresaron su apoyo al pequeño y le desearon una pronta recuperación.