Sus padres lo llamaban tonto, pero creció para ser amado por millones -

Sus padres lo llamaban tonto, pero creció para ser amado por millones

Henry Winkler, adorado por su papel como Fonzie en Happy Days, tuvo una infancia muy alejada de la imagen glamorosa asociada con las celebridades. Nacido de padres inmigrantes que escaparon de la Alemania nazi, Winkler enfrentó desafíos debido a un trastorno de lectura no diagnosticado.

Sus padres, sin saber de su dislexia, lo etiquetaron como “tonto” e incluso lo llamaron ‘Dummo Hund’, o perro tonto. Los maestros y compañeros siguieron su ejemplo, lo que llevó a una infancia difícil que afectó su autoimagen.

A pesar de estas dificultades, Winkler persiguió sus sueños incansablemente. Solicitó admisión en 28 universidades, asegurando un lugar en dos y finalmente recibió una carta de aceptación de la prestigiosa Escuela de Drama de Yale. Su talento brilló durante un monólogo improvisado de Shakespeare, catapultándolo hacia el éxito.

Mientras triunfaba en la pantalla, interpretando al carismático Fonzie, Winkler luchaba contra la dislexia que afectaba su lectura y coordinación. Incluso cuando le ofrecieron el papel principal en Grease, lo rechazó para evitar el encasillamiento.

A los 31 años, la perspectiva de Winkler cambió durante la prueba de dislexia de su hijastro Jed. Al darse cuenta de que compartían la lucha, Winkler reconoció la dislexia como una barrera que había impactado silenciosamente su vida. Superando las audiciones memorizando guiones, utilizaba el humor para ocultar cualquier deficiencia, afirmando que proporcionaba la “esencia del personaje”.

Después de Happy Days, Winkler incursionó en varios roles de actuación y contribuyó a crear la serie MacGyver. A pesar de las fases de transición, su determinación y talento prevalecieron, demostrando que superar las luchas personales podría conducir a logros significativos.

El viaje de Henry Winkler desde ser etiquetado como “tonto” hasta convertirse en una figura querida resalta el poder de la determinación y el talento para lograr la grandeza. Su historia sirve de inspiración, enfatizando que los desafíos personales pueden ser conquistados con resiliencia y dedicación.

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