Un hombre compasivo, L. Trapanese, intervino para adoptar a una niña que fue rechazada por su madre biológica y pasada por alto por muchas familias.
A pesar de su condición congénita, él vio el valor de la niña y decidió brindarle la oportunidad de tener una vida feliz. Trapanese, conocido por su dedicación a ayudar a los demás a través del trabajo voluntario, no pudo hacer la vista gorda ante su situación.
A pesar de enfrentar desafíos debido a su orientación no tradicional, persistió en el proceso de adopción. Durante los últimos dos años, ha cuidado con amor a la niña llamada Alba, proporcionándole el amor y el apoyo que merece.
Cada momento compartido es atesorado, y el amor incondicional de Trapanese por Alba se manifiesta en sus interacciones cotidianas.
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