Kevin Clark nació en 1983 y su llegada fue recibida con una gran atención en Estados Unidos, ya que pesaba 3 kg, lo que le convirtió en el bebé más grande del país en ese momento.
Durante el embarazo, Patricia Clark tenía la sensación de que el bebé podría ser más grande. Imaginaba la historia de bebés grandes en su familia. Sin embargo, el bebé era más grande.
Después de traer al bebé del hospital a casa, Patricia y su familia se dieron cuenta de que Kevin era bastante grande para la cuna estándar y que toda su ropa también le quedaba pequeña. Cuando Kevin cumplió 12 años, ya superaba a los demás con su altura de 200 metros. Al recordar su infancia, Kevin admite que encontar ropa y zapatos era un desafío, porque estaba creciendo a un ritmo rápido. Constantemente necesitaba ropa nueva, lo que dificultaba las cosas para él y su familia.
Debido a su gran altura, todos alrededor de Kevin lo empujaron hacia los deportes, particularmente el baloncesto, pero él no tenía ningún interés. No se destacó en ningún deporte. Pero tenía una pasión por la caza y la pesca, que disfrutaba mucho.
Kevin iba a servir en la Fuerza Aerea de los EE. UU. Ahora trabaja para la policía estatal. Ahora tiene 39 años y pesa 62 kg. A pesar de su altura, no le gusta ser el centro de atención, ya que ha sido objeto de bromas y burlas desde la edad muy joven. Con el tiempo, estos comentarios lo han molestado mucho.
A pesar de los desafíos que enfrentó como resultado de su tamaño, ha logrado vivir una vida plena. Ha encontrado amor y tiene un perro que le brinda felicidad. A menudo se encuentra con las personas que le preguntan si juega al baloncesto a lo que responde con una respuesta inteligente: “¿juegas al minigolf?”
